sábado, 19 de abril de 2014

SOLO EL AMOR VE Y CREE

Amados hermanos: ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO! Por eso ayer fue un día silencioso, necesitábamos preparar los oídos para escuchar este grito de esperanza. Si hemos muerto con Cristo, con Él hemos resucitado.
Con la fuerza de la resurrección (como lo representa la imagen que les comparto hoy) nos ha arrancado del poder de la muerte. La piedra pesada del pecado, que nos tenía en la oscuridad, ha sido removida. El esplendor de la vida ilumina de ahora en adelante nuestro camino.

Fresco de la Anastasis (Resurrección) en el Paraclesion, 
museo san Salvador de Cora (Estambul Turquía). Realizado entre 1315 y 1321.

Hermanos y hermanas si hasta hoy su vida ha estado marcada por la infidelidad, la mentira, la traición, el desamor, el engaño, el robo, el vicio o cualquier otra esclavitud, les anuncio una gran noticia: Cristo ha despedazado esas cadenas, de hoy en adelante somos libres para amar.
Como el discípulo amado veamos y creamos. Ver y creer significa para quienes hemos resucitado con el Señor:
  • Saber que ahora vivimos la vida misma de Dios.
  • Descubrir nuestra identidad: imagen y semejanza del creador, por eso no nos dejamos desfigurar por el pecado.
  • Comprender que en la alabanza, la oración y la liturgia nos encontramos con el Señor, lo conocemos mejor y participamos de su vida divina.
  • Escuchar en nuestros padres, maestros, superiores y mayores la voz de la sabiduría divina.
  • Perdonar a todos como Dios nos perdona.
  • Valorar la vida como el camino hacia la eternidad. 
  • Reconocer que no se es santo por no hacer cosas malas sino por testimoniar la vida santa. 
  • Agradecer lo que tenemos y confiar que si tenemos a Dios, nada nos falta. 
  • Enriquecer, compartiendo. 
  • Ser libres proclamando la verdad. 
  • Reconocer que todos somos débiles y no aprovechar la debilidad de los demás. 
  • Donar la vida por los demás.
  • Amar con el corazón de Dios. 
FELIZ Y SANTA PASCUA 2014




martes, 4 de marzo de 2014

 CUARESMA
 TIEMPO FAVORABLE PARA TU CORAZÓN
Amigas y amigos:
Este es el tiempo favorable, este es el día de la salvación”. (2Corintios 6,2), con esta exhortación del Apóstol Pablo quiero saludarlos e invitarlos a iniciar juntos como Iglesia la celebración del tiempo de la Cuaresma, los cuarenta días en los que preparamos la gozosa solemnidad de la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo, culmen de nuestra Salvación.
Con el prefacio II de la celebración eucarística del tiempo de cuaresma la comunidad alaba al Señor con estas palabras:
«Porque has establecido generosamente
un tiempo especial de gracia
para purificar el corazón de tus hijos,
de modo que, libres de todo afecto desordenado,
vivamos las realidades temporales
pero adhiriéndonos a las eternas».
En esta acción de gracias encontramos todo un proyecto espiritual para este tiempo especial que comenzamos con el miércoles de ceniza.
La cuaresma es un regalo de Dios, quien amorosamente nos concede este periodo para limpiar nuestro corazón; es Él quien realiza la obra pero cuenta con nuestro aporte, espera que reconozcamos nuestra fragilidad y nos dejemos ayudar para conseguir un espíritu nuevo, bien dispuesto para alcanzar la vida eterna.
Con la imposición de la ceniza, punto de partida del camino cuaresmal, reconocemos nuestra fragilidad: “recuerda que polvo eres, y en polvo te convertirás”, al recibir este signo somos como el enfermo que va al médico y le cuenta todos los síntomas que lo aquejan, así él puede empezar un tratamiento para conseguir la cura del mal; así mismo, Dios recibe nuestra confesión de fragilidad e inicia su misericordioso tratamiento en nosotros. Las medicinas formuladas por nuestro médico divino son: la escucha de su Palabra, la oración, la penitencia – que se viven a través del ayuno y la abstinencia – y la caridad – la cual se expresa de manera significativa con la limosna –. En ese tratamiento tan particular, se encuentra el centro del proyecto espiritual de la cuaresma  del que les habla más arriba.
Algunas recomendaciones prácticas para vivir con fruto la preparación de la Pascua por medio de la cuaresma:
1         La ceniza que hoy recibimos es un signo espiritual, no una creencia más, un agüero, un elemento supersticioso, tampoco es un sacramento, no es una bendición particular de la que si nos privamos nos va a ir mal. La ceniza es el signo del reconocimiento de nuestra condición pecadora, por eso cuando vayamos, ojalá a celebrar la santa misa y en ella recibamos este signo penitencial, con dolor en el corazón le digamos al Señor que necesitamos de Él para poder dejar atrás nuestros pecados y nos comprometamos a cambiar verdaderamente. Además tomemos conciencia que la ceniza usada es la misma para todos, no hay ceniza VIP, esto quiere decir que todos estamos untados del pecado de los demás y que nuestra conversión es el granito de arena que ponemos para la conversión de nuestros hermanos. Salir con la frente marcada con la ceniza es la confesión pública de la vergüenza de nuestros pecados.
2         El ayuno y la abstinencia propuestos para este tiempo no son una suerte de dieta – dejar de comer es tarea para quienes tenemos unos cuantos kilos de más –, el ayuno y la abstinencia que agradan a Dios consisten en: «soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne» (Isaías 58,2-7). Podemos dejar de comer, y tenemos que hacerlo en los días señalados por la Iglesia, pero como signo de esto que nos pide el Señor por medio del Profeta. 
3         El fruto del ayuno y la abstinencia, para que redunden en beneficio espiritual, deben ser compartidos con los que necesitan, porque si no sería un ahorro en lugar de penitencia. El ayuno autentico debe ser generoso, pues la Palabra de Dios es clara: “compartir tu  pan”, no es comprar otro o dar lo que no me gusta, es compartir el nuestro; no me ha pasado a mí, ni he visto el primero que cuando nos acercamos a la vitrina donde se exhiben los platos que ofrecen en un negocio escogemos y pedimos lo más feo que se ve, al contrario, nuestra elección se inclina por lo que se ve más grande y apetitoso, - ¿no cierto? -, cuando vayamos a compartir, demos lo que nos gusta para nosotros, pues el Profeta Isaías continua diciendo: «Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar» (58,8).
4         Me parece que con lo anterior queda claro como tiene que ser la caridad, no de lo que sobra, sino de lo mejor que tenemos.
5         La oración y la escucha de la Palabra de Dios son fundamentales en este tiempo; también a la hora de la imposición de la ceniza nos dirán: «Conviértete y cree en el Evangelio», conversión y fe son el fruto de una meditación seria de la Sagrada Escritura y de una oración autentica, allí Dios nos habla y nos comunica lo que tenemos que hacer. Dediquemos tiempos especiales a estos ejercicios en el periodo de la cuaresma.
6         Vivamos estos cuarenta días en comunidad, en nuestra familia y con ellos participando en los ejercicios y espacios que nos ofrece la Iglesia.
7         La cuaresma es camino hacia la Pascua, si bien se vive con austeridad y en penitencia debe ser un caminar alegre, pues caminamos seguros hacia la resurrección.
8         No puede ser un tiempo más, es Tiempo de Gracia, y así como aprovechamos cualquier promoción de las cosas materiales, aprovechemos el don de Dios que no se acaba nunca, al contrario siempre crece, allí no hay el sofisma del $9.999.
9         En este tiempo pensemos en lo importante que somos y lo mucho que nos ama Dios.
10    En este tiempo contemplemos todo lo que hizo, sigue haciendo y continuará realizando el Padre por nosotros para que seamos agradecidos con Él y resucitemos de nuestra miseria espiritual. Signo de nuestra resurrección puede ser el compromiso de anunciar a otros hermanos la alegría que experimentamos.
    Les deseo una santa cuaresma colmada de frutos de conversión y así al llegar a la Pascua, llenos de alegría por la liberación del pecado, podamos decir como los apóstoles: ¡Es verdad, el Señor ha resucitado!    

lunes, 6 de enero de 2014



IGLESIA, NOS ENCONTRAMOS EN LA RED

La Iglesia «es "convocatoria" de salvación para todos los hombres, por su misma naturaleza, misionera enviada por Cristo a todas las naciones para hacer de ellas discípulos suyos (cf. Mt 28, 19-20)», (CEC, 767). Jesucristo con su predicación convocó a la Iglesia no como una simple agrupación sino como un organismo vivo: «Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, el que permanece en mí, y yo en él,  da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer» (Jn 15, 5), y para asegurar esa vitalidad a lo largo del tiempo, envió el Espíritu Santo, quien colmando con la gracia el corazón de cada uno de los miembros es fuente de la vida interior que une a los miembros entre sí y a todos con Cristo; esa “interconexión” de vida sobrenatural es lo que doctrinalmente se llama el Cuerpo Místico de Cristo. Desde lo más profundo de su ser la Iglesia es una red de relaciones plenamente personales, no solo de intercambio de datos o información, sino de experiencias que enriquecen a sus miembros  y la configuran como verdadero cuerpo.

En cumplimiento de su misión, la Iglesia se ha encontrado con condiciones muy diversas y ha utilizando los medios que la cultura de cada tiempo le ha puesto a su disposición, por ejemplo, en el primer siglo se encontró con la Koiné, es decir, la lengua común de la cultura griega-romana. Este idioma estaba impregnado espiritualmente de la filosofía panteísta-inmanentista del Estoicismo, el lenguaje que todos entendían, los misioneros cristianos se sirvieron de ella para predicar el mensaje de Jesucristo y lograron generar una lengua cristiana, y porque no decirlo, echaron las bases de la cultura cristiana. Luego han sido muchos los casos
similares.

En nuestra época el elemento englobante que la Iglesia encuentra en la cultura es muy particular, pues más que un instrumento, es un ambiente común: la red. Hoy, si bien no todos los hombres tienen posibilidad de estar en la red, todos sienten la influencia de internet, así sea porque no tiene acceso al ambiente digital. Esta revolución tecnológica, que ha evolucionado velozmente, ha ido configurando una nueva manera de relación entre las personas, de ellas con el mundo y desde luego influye en la relación con Dios.

En el mundo de la red las relaciones dependen de la “conexión” que es el concepto clave de este ambiente, de nada sirve simplemente estar, es necesario estar conectado. Dicha conexión, permite que las personas establezcan relaciones superando los límites del tiempo y del espacio, es suficiente contar con un dispositivo digital, una conexión e iniciar el intercambio. Este género de relaciones “estrecha el mundo”, es decir, todo como que está al alcance de nuestras manos, pero a su vez, si no se participa adecuadamente, se pone en riesgo la cercanía con las personas y el ambiente vital; muchas personas mantienen diarios y fluidos diálogos con amigos que se encuentran a miles de kilómetros, mientras que no cruzan saludo con sus vecinos, más aún, con quienes convive en la casa, cayendo en el peligro de aislarse, de “desconectarse” de su ambiente natural.

El jesuita Antonio Spadaro en su libro Cyberteologia dice que hoy «se entra en red para experimentar o incrementar alguna forma de proximidad», este dato, según mi modo de ver, es clave a la hora de pensar la participación de la Iglesia en el ambiente digital. Si la red suscita en el hombre la necesidad o por lo menos el deseo de proximidad, la Iglesia por su ser de cuerpo Místico, que expliqué anteriormente, está llamada a ser la interprete de ese anhelo de quienes habitan ese ámbito.

La Iglesia tiene que constituirse no en “hub conectivo”, o motor de búsqueda, sino más bien, atendiendo a la  exhortación del Papa Francisco “dejar de ser auto-referencial”, y convertirse en promotora del encuentro, debe salir al encuentro para ayudar a las personas a descubrir a su prójimo.

Para alcanzar esta meta cada uno de los miembros de este cuerpo Místico, estamos llamados a ser dóciles al Espíritu Santo porque él anima, “interconecta” y armoniza todo el organismo, es decir genera la comunión, que es el signo más atrayente para quienes se encuentran alejados o no conocen todavía a Jesucristo; luego cada uno, según la propia vocación debe cumplir su misión. Los pastores, con la seguridad que les da el ser custodios de la Verdad que no se opone al progreso, embellecer el ambiente de la red con la Palabra que convoca, aquellos laicos que tienen más dominio del mundo digital están llamados a ofrecer su colaboración a los pastores para que de forma adecuada puedan comunicar la Palabra de vida en este ambiente.

La familia, Iglesia doméstica, que por ellos es una red consolidada por los lazos del amor, debe preocuparse primero porque sus miembros descubran que motiva más una caricia al comenzar el día que desplazar los dedos sobre la pantalla del Ipad; que deleita más un “buenos días” de mamá y papá que el sonido de la actualización de twitter; en el hogar se debe aprender que ilumina más mirar los ojos radiantes de los seres queridos que revisar el estado de facebook de tantos desconocidos. 

La escuela antes que enseñar a manejar motores de búsqueda y convertir a sus alumnos en audaces investigadores digitales, debe esforzarse por ser plaza de encuentro e intercambio que ilumina las mentes y fortalece los espíritus que luego viajaran fructíferamente por la red. Y cada uno de los que nos llamamos cristianos católicos, dejarnos encontrar por Cristo, para que por el gozo de ese encuentro podamos decir en la red “Hemos encontrado al Mesías” Jn 1, 41.

Bibliografía
J. FRINGS – J. RATZINGER. El Concilio frente al pensamiento moderno. http://www.almudi.org. 1961.
A. SPADARO, Cyberteologia, Vita e Pensiero, Milano, 2012.

domingo, 22 de diciembre de 2013

CON MI BURRITO SABANERO FUI A BELÉN

Lejos de casa, queriendo alimentar mi espíritu navideño, decidí salir a recorrer las calles, admiré la decoración de las vitrinas en varios centros comerciales, la iluminación de algunas calles, escuche cantos navideños en diversas lenguas, era muy todo bonito pero me faltaba algo; mientras seguía mi caminata descubrí una invitación a una muestra de pesebres, anunciaban más de 100, para mis adentros pensé: - esto era lo que buscaba.

Verdaderamente los pesebres eran hermosos, todos tenían su encanto particular, unos la belleza de sus imágenes, en otros resaltaba el ingenio para recrear el paisaje de Belén, algunos otros combinaban movimiento y luz haciendo más viva la representación, algunos eran muy curiosos por su pequeño tamaño o por lo surrealista de la idea y claro también estaba el que no podía faltar en estos tiempos: el interactivo, se podía recrear la escena e interactuar en 3D con los personajes, gracias a la combinación de varias tecnologías informáticas y de comunicación.

Desde luego ese pesebre era el centro de atención, la meta del recorrido y por tanto el más difícil de admirar, todos lo queríamos ver, y claro, interactuar en las diferentes escenas al menos por unos pocos segundos, cuando pude llegar al primer puesto de la fila, no pude jugar, pues la escena del portal de Belén, que era la que me había movido a hacer la larga fila… oh gran sorpresa, era el único pasaje no animado. Las imágenes que recordaban el nacimiento de Jesús estaban puestas en un rincón de toda la estructura, por la expresión de sus rostros, parecían testigos admirados de todo ese derroche tecnológico.

Cuando regrese a casa sentí curiosidad por comparar el pesebre de nuestro colegio con aquellos que había podido contemplar, la calma y la soledad de la capilla me movieron a entrar en oración, y allí me vino el recuerdo de aquel pesebre interactivo y de todo lo que pasaba alrededor, especialmente traje a la memoria los rostros de las imágenes de la virgen María, de san José, los pastores, los Magos. Recordando algunas de las enseñanzas de los santos, probé a orar dialogando con los protagonistas del pesebre, me dispuse a ir a Belén.

Le pregunté a san José: - ¿Si vivieras en este tiempo utilizarías un Ipad?, el buen carpintero guardó un momento de silencio, luego me respondió: - claro que sí, sobre todo para comunicarme con aquellos a quienes se les ha convertido en una excusa y por eso no comparten con sus familias, le diría a cada uno: mira como son sensibles tus manos, aprovéchalas, con la delicadeza que las deslizas sobre la pantalla, acaricia con ternura el rostro de tu esposa y dile gracias, dile que la amas, mirando a sus ojitos: acaricia a tus hijos y diles lo importantes que son para ti, lo orgulloso que te sientes de ellos, con amor filial siente la piel de tus padres, reseca por el peso de los años, y siente que vuelves a ser niño con el abrazo que te dan, abraza a tus hermanos, vuelve a llenarte de ilusión recordando cuando caminabas con ellos tomados de la mano, en los paseos familiares.

Luego volví la mirada a la virgencita, sus  llamativos ojos expectantes por el cercano nacimiento del Niño Dios, me movieron a preguntarle: - ¿madrecita, tu abrirías una cuenta de facebook?, con la disponibilidad de la “Esclava del Señor” me respondió: - por supuesto, por medio de ella me comunicaría con mis familiares y amigos para recordarles que “hagan siempre lo que Jesús les diga” y para “contar las maravillas que ha hecho el Poderoso” por mí y por la humanidad.

A los pastores que se entretenían con sus ovejas, les pregunté: - ¿amigos, ustedes descargarían Wasap App?, con diligencia como cuando corren a espantar el lobo, respondieron a una voz: - obvio hermano, en este trabajo sería de mucha utilidad para sentirnos acompañados, para alertar a los compañeros de los peligros en la noche, para comunicarles a nuestras familias que estamos bien, que pronto estaremos en casa; pero eso sí, le pediríamos que nos enseñe a manejarlo de manera que no se nos convierta en un vicio y por descuidados no escuchemos el canto de los ángeles o se nos descarríen las ovejas.

A los Magos de Oriente que contemplaban las estrellas y concertaban el camino a seguir, los interrumpí: - ¿Señores, ustedes comprarían un Smartphone?,  el joven Baltasar respondió por todos: - hombre, pues desde luego, se imagina lo útil que sería, piense usted la velocidad de la comunicación, puesta al servicio de la sabiduría que Dios nos regaló, con la ayuda de un aparatico de esos ya teníamos a todo el mundo en camino hacia la casa del Salvador.

Y sabiendo que el Niño Jesús ya desde el vientre materno lo sabe todo, me aventuré a preguntarle y antes que vinieran las palabras a mi boca, me respondió: - todas esas maravillas las creé yo, por medio de la inteligencia y la creatividad de tus hermanos, aprovéchalas, úsalas correctamente y ve, anuncia el Evangelio a toda la creación.


Estando en ese cybercoloquio espiritual, mi blackberry me recordó que tenía un compromiso, en ese momento mi ofrenda al Salvador fueron solo unas lagrimas de alegría, con ellas concluí mi oración y comprendí porque no pude jugar en 3D en aquel pesebre novedoso, el Señor quería que fuera a Belén en el burrito sabanero, de mi pobre oración.

lunes, 4 de noviembre de 2013

BENEDICTO XVI, TEOLOGO DE LA COMUNICACIÓN DIGITAL


Desde el pasado 28 de febrero, el Papa Benedicto XVI está dedicado a “servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.” (Declaratio, 11-02-2013). Ese tiempo consagrado, por el ahora Obispo emérito de Roma, a hablarle a Dios de los hombres después de décadas empeñadas en hablar a los hombres de Dios, ha servido para que quienes le vimos sembrar la semilla de la Palabra en los agrestes campos de la cultura moderna, estemos atentos a recoger la cosecha de su magisterio pontificio, para que la Iglesia, respondiendo a la acción del Espíritu Santo, sea portadora de la semilla buena que germine en toda la tierra.

Uno de los tantos terrenos arados por Benedicto XVI fue el de las comunicaciones sociales, siempre tuvo una respuesta a los numerosos interrogantes provenientes del mundo de los medios, por eso hay quienes no temen llamarlo también: “el teólogo de la comunicación.” Con humildad y autoridad enseñó sobre la participación en los mass media; desde la prensa escrita hasta internet fueron objeto de su enseñanza. Quiero invitarlos a intercambiar ideas en torno a la comunicación digital, siguiendo la enseñanza del Papa Benedicto XVI a cerca del mundo de la red, especialmente en sus mensajes para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (Jmcs) de los años 2009 a 2013, donde habló con más insistencia de este ambiente.

En primer lugar “naveguemos” a través del concepto de internet que maduró en “la teología de las comunicaciones” de Benedicto XVI. En el mensaje para la XLIII  Jmcs del año 2009, titulado "Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad", el Papa, invitó a los jóvenes a evangelizar “el continente digital” al que también llamó “espacio digital”, que permite encontrarse y conocer los valores de los otros. Allí hace también una distinción entre el mundo virtual y la interacción social real, cuando advierte que la consecuencia de un deseo obsesivo de conexión virtual es el aislamiento y la ruptura de las relaciones con los otros.

“El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra”, fue el tema escogido para la XLIV Jmcs celebrada en 2010, que también coincidió con el año sacerdotal, salta a la vista el paso adelante del Papa teólogo, quien ahora llama a la red: mundo digital, en el cual deben participar los sacerdotes para cumplir su tarea principal de anunciar a Cristo. La participación en la red la deben realizar en constante fidelidad al Evangelio, para mostrar a la humanidad desorientada de hoy, “Que Dios está cerca; que en Cristo todos nos pertenecemos mutuamente”. En este mensaje hace notar también que los medios modernos ofrecen “sobre todo a los presbíteros perspectivas pastorales siempre nuevas y sin fronteras,” que a su vez los invita a valorar la dimensión universal de la Iglesia, a construir la autentica comunión y a testimoniar la vida nueva que surge de la “proclamación – escucha” del Evangelio de Jesús en la “nueva ágora que han dado a luz los nuevos medios de comunicación.

Para la XLV Jmcs de 2011 el titulo fue “Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital”, allí se refiere a la red como “mundo digital”, “espacio público digital”, “mundo virtual”, “espacio virtual” y también “espacio digital”. Esta variedad de nombres no indica cambio de concepto, sino que se refiere a los acentos que el Papa Benedicto XVI quiso poner entonces en su llamada a tomar conciencia que la era de la red está marcando la historia, que ha cambiado la comunicación misma y por eso surgen nuevos desafíos a los que se debe responder con la Verdad y siendo consientes que “Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él.

En 2012, el mensaje no fue dedicado explícitamente al espacio digital, fue titulado: “Silencio y Palabra: camino de evangelización”, allí el Papa dedicó un párrafo de su enseñanza para hacer notar como “la Red se está transformando cada vez más en el lugar de las preguntas y de las respuestas” resaltando el valor del silencio como espacio del verdadero discernimiento de las preguntas fundamentales y las respuestas verdaderas.

Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización” fue el tema escogido para la Jmcs de este año 2013, donde Benedicto XVI se expresa claramente como teólogo de la red, utilizando expresiones propias de la “nueva ágora de las redes sociales”, habla de ellas como espacio, que hacen parte “del tejido de la sociedad”; las califica como un “espacio existencial” importante para muchas personas; llama a las redes sociales “ambiente digital” que no puede ser interpretado como “un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos.” Es aquí donde más evidenciamos la evolución en el concepto de Red, en 2009 lo llamó mundo virtual, ahora habla de realidad física y realidad digital.

A lo largo de cada uno de los mensajes para las recientes 5 Jmcs, el Papa fue resaltando las muchas ventajas y beneficios de la Red, subrayó el cambio de paradigma cultural que ha determinado, especialmente en el año 2011. Llamó la atención sobre la responsabilidad y los criterios que se deben tener en cuenta cuando se participa y vive en la Red. Y algo que me parece importante destacar: interactuando en la Red dio un ejemplo paradigmático de cómo se anuncia a Jesucristo hablando respetuosamente en los areópagos contemporáneos.  

En los párrafos conclusivos del mensaje para la XLVII Jornada mundial de las comunicaciones sociales, se presenta la “tesis de grado” en teología de las comunicaciones del ahora Obispo emérito de Roma, pues en esas líneas sintetiza sabiamente el contenido de su diálogo con el mundo digital; reconoce que las redes sociales y la Red en general “además de instrumento de evangelización, pueden ser factor de desarrollo humano”, esa nueva frontera y espacio para implicarnos de manera auténtica e interactiva “con las dudas de quienes están lejos de la fe,” nos hace sentir la necesidad de alimentar nuestra fe con la oración y la reflexión, en otras palabras, para Benedicto XVI la Red es un espacio teológico. Un espacio teológico real que ha encaminado a muchos hacia la experiencia de comunidad y de peregrinación, elementos constitutivos de la fe. Su constante llamada a anunciar el Evangelio con total coherencia tanto en la realidad física, como en la realidad digital nos hacen concluir que Benedicto XVI, teólogo del mundo digital, es sin proponérselo, el mentor de la Cyberteología.  

miércoles, 30 de octubre de 2013

Fiesta de los Niños

Hoy hago otro paréntesis en nuestro caminar del conocimiento de Cristo para alzar la voz en favor de la fe y del testimonio de fe que son los niños. Hoy celebramos la fiesta del niños, que si bien es cierto tiene un origen pagano y que hasta con un trasfondo malévolo, no puede dejar de ser un espacio para anunciar la Buena Noticia, más aún anunciarla a los niños y con el ejemplo de ellos acercar a otros a Cristo, recordemos que Jesús dice: quien acoge a uno de estos pequeños en mi nombre, a mí me acoge (Mc 9,37).

Es cierto, son muchas las cosas demoníacas que se esconden detrás de la celebración de la llamada noche de las brujas, no son inventos, ni fantasías, son muchos los testimonios de personas que han participado en los ritos desarrollados con motivo de esta fiesta, pero esa no es justificación para salir corriendo, para responder con actitudes cobardes como llama el mismo Señor en el Evangelio: Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres. (Mt 10, 33), Jesús reconoce delante del Padre a quienes son capaces de mostrarse cristianos delante de los hombre (Mt 10,32).

Muchas de nuestras celebraciones tienen origen pagano, como el caso de la celebración de la Navidad que nació de la cristianización de una fiesta si se quiere más desordenada que la noche de las brujas. Y veamos el peso evangelizador que tiene. La fiesta de los niños no es una fiesta litúrgica, pero es una ocasión para anunciar la fe, sobre todo siendo la víspera de la solemnidad de todos los santos.

Hace muchos años la fiesta de los niños era una ocasión para estimular la creatividad, para estrechar lazos de amistad, para formar. Muchos de nosotros aprendimos a hacer nuestros propios disfraces enseñados por nuestros padres, luego el salir con ellos era una ocasión para aprender a expresarnos, esas vestimentas reflejaban nuestros anhelos, incluso a algunos nos signaron el camino vocacional. Cuando en estos días veo tantas cosas en contra de la fiesta de las brujas y tan pocas propuestas para  evangelizarla por medio de la celebración  del día de los niños, me pregunto: ¿Dónde está todo ese fervor por las enseñanzas del Papa Francisco? Pues cada vez que el Papa hace uso de su arrolladora capacidad de comunicación, a los quince minutos está lleno facebook de imágenes, muros, memes haciendo resonar su enseñanza. Responder con la palabra de fe al influjo satánico de esta fiesta es salir a las periferias que su Santidad tanto nos insiste. Para quienes me digan y entonces ¿el Papa por qué no dice nada de la fiesta?, la respuesta es sencilla, aquí no se celebra.

Amigos y amigas, despertémonos no le sigamos el juego a quienes quieren que no anunciemos el Evangelio, son los enemigos de la fe los que nos estimulan a callarnos  y a no aprovechar la oportunidad de anunciar el Evangelio, que bellas las conferencias de satánicos convertidos, pero que cosa más edificante ver a los niños viajando al futuro por medio de sus disfraces, contándonos sus sueños y diciéndonos que hay esperanza, que el futuro es posible para quien tiene un corazón humilde y manso, que sólo quien es como un niño es capaz de descubrir la voluntad del Señor. Ay de mi sino anuncio el Evangelio (1Cor 9,16)… Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina. (2 Tm 4,2). Vale aclarar aquí que amenaza para Pablo, no significa anunciar castigo, sino hacerse notar, ser obstáculo al mal a fuerza de bien.

No desaprovechemos la ocasión para mostrar a Cristo en la sonrisa de los pequeños, sin derrochar, pensando siempre en aquellos que no tienen, compartiendo no sólo un dulce, sino también el pan, el vestido, las oportunidades, la justicia, la paz, la fe. Si el mismo Dios quiso revestirse de nosotros para revestirnos de su divinidad, permitamos que nuestros niños se revistan de la esperanza, de la fe y de la caridad, que manifiestan a Cristo.  Feliz fiesta de los niños.

martes, 29 de octubre de 2013

El testimonio cristiano del padre Ignacio Larrañaga

Ayer lunes 28 de octubre, el padre Ignacio Larrañaga partió al “Encuentro” con el Señor. Por eso hoy quiero dedicar estas líneas a compartir la experiencia personal de su enseñanza.
Tengo que admitir que no fui un perseverante estudiante en su escuela de testimonio como seguramente muchos de Ustedes si lo han sido. Pero tuve la oportunidad de ser invitado por mi Arzobispo para charlar un rato con el padre Larrañaga, durante un periodo de formación para sus equipos, que realizó en Bucaramanga el año pasado. La verdad ese diálogo me permitió comprender lo que me habían propuesto en el “taller de oración y vida” TOV, hace ya varios años, pero también descubrir la eficacia de la acción del Espíritu Santo en la vida de quién es dócil a su enseñanza.
El Señor me regalo, por medio de la experiencia del padre Ignacio, el comprender que orar es fácil, que no importa nada, porque en la oración está Dios que nos permite estar en su presencia y allí está todo lo que se necesita. Descubrí que la oración me hace más efecto cuando soy capaz de perdonar, a las personas, mis errores… cuando somos capaces de perdonar, abrimos más espacio al encuentro con Dios. Aprendí que orar no es una rutina, es un “encuentro”, por algo quiso titular así el  manual del TOV para jóvenes, cuando la oración se hace encuentro, deja de ser requisito, deja de ser carga, pasa a ser fuente de vida espiritual, pero también de vida corporal.
Cuando escuché de los propios labios del padre Ignacio el objetivo de sus obras de evangelización descubrí que era amar la Iglesia, sin ningún otro interés que llevar a los hermanos a ser parte viva del cuerpo místico de Cristo.
Pero mi corazón se estremeció con su profesión de esperanza, decía que toda iniciativa buena y en comunión con la Iglesia era una llama que iluminaba y atraía a todos los que se encontraban extraviados en medio de la oscura noche de la desesperanza que vive el mundo.
Por muchas otras cosas estoy seguro que para Ignacio se cumplió la bienaventuranza que tanto predicó, pues hasta murió dedicado a su pastoral: ¡Felices los servidores a quienes el señor encuentra velando a su llegada! Les aseguro que él mismo recogerá su túnica, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirlos. ¡Felices ellos, si el señor llega a medianoche o antes del alba y los encuentra así!  (Lucas12, 37-38).
Bienaventurados los que han heredado la “tierra” y son mansos, porque ya no deben conquistar nada.